lunes, 24 de marzo de 2014

3 Aniversarios bien serios



Otras Epocas: Golpe en Brasil, Chile y Uruguay


Con breves actos de recordatorio por parte de las autoridades, indiferencia lisa y llana o directamente con la reevindicación de lo actuado. Estas son algunas de las formas con las que se recuerdan las interrupciones al orden constitucional ocurridas en Brasil, Chile y Uruguay.

El año pasado se cumplieron 40 años del golpe de estado en el país trasandino y en el de la otra orilla del plata, este año se cumplen 50 años del golpe en Brasil. Veamos como se recuerdan estas fechas, aunque ya les adelanto en ningún de los tres casos hay feriado.


Brasil - los 50 años

Unos días antes del golpe de estado de 1964 se llevo a cabo la denominada "Marcha de la Familia con Dios por la Libertad" multitudinaria convocatoria que tenia como objetivo, entre otros, oponerse a las reformas que estaba emprendiendo el presidente João Goulart. La marcha tuvo éxito en términos de asistencia y sirvió para debilitar aún más al gobierno constitucional.

50 años después un grupo de ultramontanos marchó por las calles de São Paulo reclamando la intervención militar y el fin del gobierno del PT. Esta vez no tuvieron tanto éxito, inclusive una manifestación de repudio tuvo una mayor asistencia. Es de esperarse que este año el gobierno realice algún tipo de declaración sobre el aniversario, el cual pasa desapercibido habitualmente.

El 50° aniversario del golpe viene atravesado por los trabajos que viene realizando la Comisión Nacional de la Verdad (CNV),  que tiene como fin investigar las violaciones a los derechos humanos ocurridas entre 1946 (si, 1946) y 1988. La Comisión no cuenta con el apoyo del Ejercito, el cual en algunas ocasiones prohibió el acceso de sus miembros a instalaciones militares para hacer investgaciones. A pesar de esta dificultad, la CNV se convirtió en un espacio donde las victimas pudieron contar lo sucedido y para intentar establecer la verdad, especialmente en algunos casos resonantes. Otro aspecto consiste en llevar a los responsables ante la justicia, la Ley de Amnistia (sancionada durante la dictadura) continua vigente e impide que los perpetradores sean juzgados.

Para más información, recomiendo este especial de Folha de Sao Paulo sobre el aniversario del golpe.

Chile - reivindicación y repudio

Imaginen que en lugar de emitir algún comunicado de repudio al golpe o realizar un acto para recordar a las victimas se lo celebra.  Esto es lo que pasaba en Chile hasta 1998 donde Augusto Pinochet celebraba el "Día de la Liberación Nacional", reemplazado luego por el "Día de la Unidad Nacional".

Todos los 11 de septiembre la escena se dividía en dos, por un lado las fuerzas armadas con Pinochet a la cabeza realizaban festejos, por el otro manifestaciones de repudio, las cuales eran reprimidas con la usual brutalidad con la que nos tienen acostumbrados los Carabineros de Chile. Ya con Pinochet muerto y las Fuerzas Armadas bajo un mayor control civil los festejos oficiales finalizaron. Para los 40 años del golpe (en medio de una campaña presidencial) el gobierno del entonces presidente Piñera llevo a cabo un acto oficial donde responsabilizo por la interrupción constitucional a "quienes no respetaron el Estado de Derecho" o sea puso al mismo nivel al gobierno constitucional de Allende como a los militares que lo derrocaron.


Uruguay - la apatía 

Suena paradójico, pero el principal acto en memoria de aquellos asesinados por la dictadura militar uruguaya (1973 - 1985) no ocurre todos los 27 de junio (día del golpe) sino los 20 de mayo. Ese día, pero de 1976, fueron asesinados en Buenos Aires (en el marco del Plan Condor) legisladores y militantes tupamaros exiliados. En recuerdo de ese acontecimiento es que se realiza la multitudinaria Marcha del Silencio.

Desapercibido para la mayoría de los orientales, el año pasado se cumplieron 40 años del golpe. El acto oficial consistió en una sesión extraordinaria de la Asamblea General a la cual asistieron Mujica, sus ministros y los comandantes de las Fuerzas Armadas. La nota la dio un Senador del Partido Colorado que realizo una autocritica sobre la actitud de algunos de sus miembros cuando el entonces Presidente Juan María Bordaberry (otro colorado) cerro el Parlamento con la ayuda de los militares.

Para más información recomiendo un especial del semanario Brecha.



domingo, 9 de marzo de 2014

Un referéndum bien serio y de verdad



El serio Pedro y el sonriente Sergio.


A diferencia de lo que ocurre en Argentina, donde el Articulo 39 de la Constitución sólo permite el mecanismo de iniciativa popular o referéndum para sancionar leyes, siempre y cuando estas no sean sobre reforma constitucional, tratados internacionales, tributos, presupuesto y materia penal. En el vecino Uruguay su carta magna permite el recurso de referéndum contra las leyes y ejercer el derecho de iniciativa ante el Poder Legislativo sin importar el tipo de ley.

De hecho, también a diferencia con Argentina donde no hay antecedentes de realización de plebiscitos a nivel nacional, realizar reférendums es algo muy común en la democracia uruguaya. Desde 1985 se han llevado a cabo consultas populares contra la ley de caducidad (dos), contra la privatización de las empresas del estado y a favor del voto de los uruguayos en el exterior, eso para nombrar algunos de los que me recuerdo en este momento.

Convocar al electorado para realizar este tipo de consultas tiene sus riesgos o beneficios según como se mire. El fracaso de los plebiscitos, en 1989 y 2009,  para anular la Ley de Caducidad constituye un obstáculo para quienes quieren llevar a los militares uruguayos por los crímenes de lesa humanidad cometidos y el éxito en el plebiscito para anular la Ley de Empresas Públicas permitió que hoy Uruguay sea uno de los pocos países de la región donde el teléfono, la luz y el agua entre otros servicios permanecen en manos del estado.

Este año se realizan elecciones para elegir quien sucederá al entrañable Pepe Mujica y en conjunto con estas se llevará a cabo una consulta popular para bajar de edad de imputabilidad.

Si bien no tengo forma de probarlo, puedo decir a modo de hipótesis que los acontecimientos en Argentina terminan influyendo decisiones o debates que toma el sistema político uruguayo. Es decir, 1) Para que no pase lo que pasa cruzando el charco debemos tomar tal o cual medida. o 2) Una iniciativa que se propone en Uruguay termina siendo cuestionada porque es la misma ley que se sanciono en Argentina y como no queremos ser como ellos, debemos rechazarla. Puedo mencionar como ejemplo de 1) lo que paso con los alzamientos carapintadas que terminaron influenciando en la Ley de Caducidad y como ejemplo de 2) el debate que se da sobre el proyecto de "Ley de Medios" de Uruguay, donde sus detractores agitan el fantasma de la "Ley de Medios" Argentina para criticarla.

Un poco a mi entender influenciado por un aumento concreto en la criminalidad, lo que acontece en Argentina y por varios casos de amplia difusión mediática, la inseguridad se ha instalado como la principal preocupación de los uruguayos e incorporada en la agenda de todos los partidos políticos. En ese sentido Pedro Bordaberry, precandidato a presidente por el conservador Partido Colorado e hijo del fallecido gobernante de facto Juan María Bordaberry, comenzó en 2011 con una campaña de recolección de firmas con el objetivo de bajar la edad de imputabilidad de los 18 a 16 años. Al año y medio de haber sido comenzada, consiguieron la cantidad de firmas necesarias para llevar adelante la consulta.

En esta campaña contó con el apoyo de su partido y de parte del Partido Nacional (o blanco) dos de los partidos tradicionales que gobernaron Uruguay hasta la llegada al poder del Frente Amplio en 2005. La reacción no se hizo esperar y en contra de esta propuesta se creo la Comisión Nacional No a la Baja, integrada por diferentes organizaciones sociales y partidos políticos. Distintas personalidades como TabareVazquez, el líder Blanco y precandidato a presidente Jorge Larrañaga o el nuevo arzobispo de Montevideo Daniel Sturla se manifestaron contrarios a la baja.

En los últimos meses, los impulsores de la iniciativa  de bajar la edad de imputabilidad se han mantenido al margen del debate. Por un lado ya consiguieron su objetivo de instalar el tema en y conseguir la firmas, por el otro se enfocan más en el comienzo de sus campañas presidenciales y en tratar de limitar sus discursos securitistas. En cambio, los detractores del proyecto han estado bastante activos en los últimos meses llevando a cabo pintadas en la calle y actividades en el espacio publico. La tienen difícil, las encuestas de opinión  muestra una clara mayoría a favor de la baja.

Recientemente una nota en el Observador menciono que Bordaberry tenia como referentes políticos a Mauricio Macri, Sebastian Piñera y Sergio Massa. Es curioso porque parecería que este ultimo se inspiro en este dirigente uruguayo para instalar la idea de hacer una consulta popular sobre temas vinculados con la inseguridad y de ese modo lograr una amplia difusión mediática.




martes, 4 de marzo de 2014

Tom Kane y Frank Underwood, dos politicos bien serios




Kevin Spacey - House of Cards y Kelsey Grammer - Boss

Atención con los spoilers que se encuentran en este post.


A menos de tres semanas de haber sido estrenada, acabo de ver el ultimo capitulo de la segunda temporada de House of Cards (HOC). No es mi intención realizar un análisis sobre esta serie sino más bien intentar establecer una comparación con otro Thriller político que se emitió hace dos años y tuve la oportunidad de ver llamado Boss. Además de tomarme un descanso mientras me preparo para ver la versión británica (y original) The House of Cards.

Si tomamos la descripción que nos da IMDB, Boss nos cuenta la historia de como el alcalde Tom Kane de la ciudad de Chicago intenta mantener su poder a partir de que le descubren un raro tipo de demencia. A diferencia de HOC, donde Netflix ya firmo por una tercera temporada, Boss no tuvo tanta suerte y fue levantado por bajo rating al final de la segunda temporada. Lo cual para mi fue una pena porque era una gran serie. A continuación una serie de ejes que nos sirven para entender los puntos de contacto y diferencias con la exitosa serie de Netflix:

1) La realidad supera la ficción:

Clientelismo, fraude para ayudar a tu candidato a presidente, abuso policial, nepotismo y reelección indefinida. No hablamos de un temible intendente del conurbano, sino de Richard J. Daley alcalde de Chicago e inspiración de Kelsey Grammer a la hora de componer el personaje de Kane, quien lleva a cabo cada una de las acciones descritas al comienzo de este párrafo. Prometo un post dedicado a este personaje una vez que consiga este libro.

En cambio, resulta más difícil establecer en que político se inspiro Kevin Spacey para crear el personaje de Francis J. Underwood. Podríamos pasarnos días enteros mencionando casos de políticos sin escrúpulos que son capaces de realizar lo que sea con tal de llegar y mantenerse en el poder. Me gustaría centrarme en un episodio histórico que debe haber servido para inspirar a los guionistas de HOC.

Tras 11 años como Primera Ministro de Gran Bretaña, el gobierno de Margaret Thatcher atravesaba un momento de crisis en términos de aprobación por la opinión publica. El intento de introducir un impuesto municipal (conocido como poll tax) no hizo más que llevar ese descontento a las calles de Gran Bretaña. Los conservadores asustados decidieron sacrificar a su reina para retener el poder. Debilitada por una elección interna muy reñida la Baronesa decide renunciar al cargo, el cual es ocupado por John Major. Resultado, en 1992 los conservadores vuelven a ganar las elecciones generales ya sin Thatcher, asegurando 5 años más de gobierno conservador ¿Suena Conocido con un vicepresidente que conspira para quedarse con la primera magistratura?

2) La Familia:

Este eje es tal vez uno donde existen las mayores diferencias entre las dos series. Si bien el Alcalde Kane tiene una hija y una esposa, los intereses entre él y ellas son divergentes hasta al punto que la tercera es capaz de conspirar contra él mientras que Kane puede sin problemas sacrificar a ambas (en momentos distintos) si su supervivencia política se ve amenazada. El caso de Underwood es el opuesto, el y su esposa Claire mantienen una sociedad conyugal y política que (salvo excepciones) no muestra fisura alguna y tiene como fin encumbrar a Francis en la cima del poder de los Estados Unidos.


3) Los colaboradores

Ambos personajes cuentan con la ayuda de fieles colaboradores para lograr sus objetivos. El aparentemente leal Ezra Stone para el caso del Alcalde Kane y el eficiente Douglas Stamper para el representante / vicepresidente Underwood.  La diferencia resulta en cuanto al empleo de los mismos. Kane ni siquiera utiliza a su colaborador más directo para llevar a cabo sus acciones, las mismas son realizadas por un grupo de mandaderos especialmente preparado para realizar tales tareas. Mientras que el personaje que encarna Kevin Spacey no duda en aplicar la violencia el mismo cuando su supervivencia corre peligro.

 
2) Los adversarios

En ambas series la lista de adversarios tiene un patrón común: la integran Políticos con el mismo grado de ambición que ellos, empresarios poderosos o periodistas que investigan demasiado. El caso de Boss es más interesante porque los conspiradores no lo integran un elenco estable sino que su mismo entorno conspira contra él. Su Jefe de Gabinete, el candidato que eligió para la gobernación del Estado de Illinois y hasta su misma esposa son algunos de los que se pasan para el otro bando e intentan removerlo del poder.

 
3) El poder y la ideología

Las dos series tienen en común que tratan lisa y llanamente sobre el poder. De como hacer lo que sea necesario para alcanzarlo en el caso de House of Cards y para mantenerse en el caso de Boss. Pragmáticos hasta el extremo, no tienen problema en cambiar de agenda si ven que con ello ponen en peligro sus intereses.

Otra cosa que tienen en común los dos es que ambos provienen del partido Demócrata. Si bien en Boss nunca hacen referencia al nombre del partido, inferimos que esto es así ya que los Demócratas vienen gobernando Chicago en forma ininterrumpida desde 1931. En el caso de House of Cards es bien claro que es Demócrata y eso resulta un tanto paradójico ya que Francis Urquhart, el personaje que vendría a ser el Francis Underwood britanico, pertenece al partido Conservador.

Se podría argumentar que esta elección por parte de los guionistas de HOC tiene que ver con el  argumento que Hollywood es la meca de los liberales, en el sentido estadounidense del termino. Lo curioso de esto es que ningún momento, salvo cuando impulsa el proyecto medioambiental, Underwood intenta llevar adelante una agenda progresista. Por el contrario, en los momentos en los que no esta conspirando sus iniciativas políticas consisten en correr hacia el centro (de nuevo en términos estadounidenses) iniciativas legislativas presentadas por otros como en educación. Su mujer Claire podría  encarnar mejor el prototipo de la liberal estadounidense. Presidente de una ONG medioambiental e impulsora de un proyecto de ley para limitar los abusos sexuales en las fuerzas armadas. Inclusive confiesa en televisión nacional que aborto por causa de una violación, lo que la convertiría en blanco de los grupos ultraconservadores. Lo que me lleva a preguntar si la carrera de un político en los Estados Unidos no estaría terminada si su mujer realiza una revelación de semejante magnitud.

En el caso de la serie del Alcalde de Chicago, ciudad donde los afroamericanos y los latinos tienen una fuerte presencia, su agenda progresista consiste en un proyecto para mejorar una serie de complejos habitacionales donde viven estas minorías o blancos pobres. Esto en parte para compensar una serie de errores que Tom Kane cometió cuando era más joven y perjudicaron a este barrio. Siempre y cuando claro, este proyecto no afecte su permanencia en el poder.

Ahora los dejo que me voy a ver la House of Cards Británica.