miércoles, 15 de diciembre de 2021

¿Es necesario mudar la capital de Argentina?

 

Momento fundacional:  Real Cédula que nombra Virrey a Pedro de Cevallos (Fuente: Archivo general de la Nación Argentina)
Momento fundacional:  Real Cédula que nombra Virrey a Pedro de Cevallos (Fuente: Archivo general de la Nación Argentina)

"He venido en crearos por mi virrey, gobernador y capitán general de las de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Potosí, Santa Cruz de la Sierra, Charcas y de todos los corregimientos, pueblos y territorios a que se extiende la jurisdicción de aquella audiencia" (1)

Es un lugar común admitir que en "Argentina no existen Políticas de Estado", que cuando cambia un gobierno "deshace todo lo que hizo el anterior" y empieza de cero. Que esa supuesta imposibilidad de "ponerse de acuerdo en cuatro, cinco cosas básicas" es lo que impide que el país salga adelante. Sin embargo hay una política de estado que se ha mantenido vigente desde el 8 de agosto de 1776. Una política que se fijo en la época colonial y que, con breves excepciones, atravesó las guerras de independencia, guerras civiles, gobiernos conservadores, radicales, militares o peronistas hasta la actualidad. Me refiero, claro está a la decisión que estableció a la Ciudad de Buenos Aires como centro político del Virreinato del Río de la Plata primero y de la Argentina luego.

A diferencia de Brasil, tuvo tres capitales, o de los Estados Unidos, ¡Tuvo nueve! Aunque algunas por un periodo muy corto, con la breve excepción de Paraná (1852-1861) o la más breve aún de la entonces aldea (hoy barrio) de Belgrano (junio-octubre de 1880) desde la creación del Virreinato del Río de la Plata (citando la cédula de su creación abrimos este post) la ciudad de Buenos Aires ha sido el lugar desde el que se asentó la máxima autoridad política del momento y gobernó para toda la región. Ya sea el mencionado Virreinato, la Provincias Unidas o la República Argentina. Una política de estado vigente desde hace 245 años.

Han habido intentos de modificar este statu quo. Sin ir más lejos 37 años después de que los españoles crearan el Virreinato, en plena efervescencia revolucionaria, José Gervasio Artigas instruía a los diputados del "Pueblo Oriental" que iban a la Asamblea Constituyente de 1813 en que sea fuera de Buenos Aires donde resida el gobierno de las entonces Provincias Unidas. Lo cierto es que no se cumplió ese, y otros, deseo del jefe de los orientales y al menos en lo que a la residencia de gobierno se refiere todo se mantiene igual que hace más de 200 años. Si bien el territorio actual de Argentina no coincide plenamente con el de la época colonial. Al menos en extensión en su mayor parte, con las características de ser un estado federal, continua siendo gobernada desde Buenos Aires. Pero basta de recorridos históricos que no son el objetivo de este post.

Desde hace un tiempo diferentes sectores proponen la división de la Provincia de Buenos Aires ya sea en tres o en cinco provincias. Me parece valido el debate sin embargo creo que antes debemos hacernos la siguiente pregunta ¿Debe la Ciudad de Buenos Aires seguir siendo la ciudad donde se asientan las autoridades federales de Argentina? Después de todo antes de la nación estaban las provincias y antes de estas las ciudades. Si hay que empezar a cuestionarnos algo es esa verdad que es previa a la fundación de la nación Argentina. Que esta tan arraigada que ya es parte del sentido común, tanto que esta acuñada en la famosa frase que dice que "Dios está en todos lados pero atiende en Buenos Aires".


viernes, 20 de agosto de 2021

¿Puede haber golpe en Brasil?

 

 

Desfile militar pasa por el palacio del Planalto el día que se votaba la modificación del sistema electoral brasileño ¿Las intentonas golpistas en Brasil son serias o son humo?

Son las 8 de la noche del domingo 30 de octubre de 2022. Los canales de televisión brasileños anuncian que Lula da Silva es electo como nuevo Presidente de su país y deberá asumir el 1 de enero de 2023. Sin embargo, en una cadena nacional, también transmitida en sus redes sociales, Bolsonaro avisa que no reconocerá el resultado. "Se comprueba lo que venimos denunciando desde hace años, está en marcha una conspiración para permitir que la izquierda vuelva al poder". Aunque no presenta pruebas dice "no tener dudas" del fraude y pide a sus simpatizantes que se movilicen "para defender la democracia". Minutos más tarde simpatizantes del excapitán invaden el Tribunal Superior Electoral y la corte suprema. En diversos estados las policías locales se amotinan y el caos se apodera del país. Es en ese momento que todo el mundo se pregunta ¿Que harán las Fuerzas Armadas?

Un poco de historia

Para intentar responder la pregunta del párrafo anterior, que plantea un hipotético escenario en 2022, hay que explicar un poco cómo han sido las relaciones civico-militares en Brasil al menos desde 1985 que fue cuando, en una transición en la que las Fuerzas Armadas dictaron los términos en los cuales volverían a los cuarteles, los civiles regresaron al poder tras 21 años de gobierno.

A diferencia de otros países del cono sur del continente americano, donde si bien con matices y con diferente grado de alcance, se llevaron a los tribunales a quienes perpetraron crímenes de lesa humanidad cometidos durante los "años de plomo", en Brasil no sucedió nada de eso. La ley de Amnistía, sancionada en la parte final del gobierno militar, exceptuó de responder frente a la justicia a todos aquellos que cometieron crímenes entre 1961 y 1979.

Tras 21 años en el poder, los uniformados brasileños volvieron a sus cuarteles y mantuvieron sus privilegios. El hecho de que el Ministerio de Defensa haya sido creado en 1999 es una muestra de la dificultad que tuvieron los civiles en controlar a las fuerzas, mucho menos hablar de una investigación del pasado. La ley de Amnistía se mantiene vigente y cualquier intento de revisarla fue tachada de herejía por los militares y aliados. La instalación de la Comisión de la Verdad, un tibio intento de mirar lo hecho por la dictadura durante el gobierno de Dilma que no se tradujo en investigaciones judiciales, resulto un punto de no retorno en el deterioro de las relaciones entre el Partido de los Trabajadores (PT) y las Fuerzas Armadas

Desgastados por todos los años de gobierno, pero apoyados por una parte de la población que agradecía especialmente ese quinquenio (de 1968 a 1973) donde el PBI creció un 10% anual, los militares brasileños se mantuvieron al margen de la política partidaria y esperaron a que una crisis político/económico y social los volviera a poner en el centro de la escena.

El gobierno Temer: abrir la caja de pandora 

Contradiciendo inmediatamente el párrafo anterior ese margen en el que se mantuvieron los militares no era tan al margen.  Durante todo el periodo democrático las Fuerzas Armadas (FF:AA) fueron utilizadas para la realización de tareas policiales las cuales se encuentran previstas en la Constitución. La "pacificación" de las favelas en Rio, reemplazar a policías de un estado amotinados o el control de eventos masivos fueron momentos en que se emplearon a los militares. Además de otras tareas logísticas que no son estrictamente su función.

Hay que aclarar que ese avance, tanto en cantidad como en calidad, de influencia en el gobierno civil se daría durante la presidencia de Michel Temer (2016-2018). Por cantidad me refiero a que cuando finalizó ese gobierno había ya unos 2700 militares desempeñando funciones, no esencialmente castrenses, en el ejecutivo federal. Por calidad quiero decir que esas presiones al poder civil que se realizaban por lo bajo o a través de las asociaciones de retirados comenzaron a ser hechas a cielo abierto. Llegando a su paroxismo con el tweet en el que el entonces jefe del ejército pedía a la Suprema Corte que negara un habeas corpus a Lula.

 

Apriete: del General Villas Boas a la Suprema Corte

Alejados de la política partidaria las FF.AA brasileñas se beneficiaron (como otros actores) del descrédito que atravesaba la clase política, producto de la crisis económica que se desato con fuerza a partir de 2014, pero también con las sucesivas detenciones y revelaciones que se dieron a partir las investigaciones anti-corrupción realizadas en el marco de la causa lava jato.  

Prueba de esta popularidad es que en octubre de 2017 una encuesta realizada por la agencia Pew revelo que el apoyo a un gobierno militar es mayor en Brasil que la media global que participó del estudio. El 38% de los entrevistados dijo que un gobierno militar "sería bueno" para Brasil. Tal vez no para estar al frente del gobierno pero las FF.AA se presentaban como una alternativa de "regeneración institucional" frente al posible retorno del PT al poder.

Para las elecciones de 2018 los militares tenían una importante valoración positiva entre la población, un programa de gobierno y estaban buscando un candidato. Paradójicamente lo encontraron en un excapitán procesado por indisciplina y con 28 años de experiencia como un oscuro parlamentario que (excluido Lula de la contienda electoral) lideraba en intención de voto. Estamos hablando claro de Jair Messias Bolsonaro.

El gobierno Bolsonaro y los militares ¿No hay vuelta atrás?

Tras haber sido afiliado a 8 partidos políticos antes de llegar a la Presidencia, Bolsonaro carecía de un partido o polo de partidos que estructurasen su gobierno. Ese servicio de organización estatal fue asumido por las Fuerzas Armadas. Si durante el gobierno Temer los militares tuvieron más participación, con la llegada del excapitan se dio un "salto cuántico" en lo que hace a la participación militar en el gobierno civil. Hombres de uniforme asumieron en masa responsabilidades en el Gobierno Federal. Los militares, en activa o retirados, pasaron a estar al frente en ministerios, secretarías, direcciones o en empresas estatales. 

Un relevamiento realizado en julio del 2020 determino que había  más de 6.000 militares en cargos en el ejecutivo. En este momento 6 de los 23 ministerios u órganos con esa jerarquía están encabezados por un militar. Salvo Venezuela no hay ningún otro país sudamericano en el que los militares tengan tanta presencia en la administración civil.

No hay que sorprenderse si esa simbiosis entre los militares y el gobierno Bolsonaro afecta la imagen que la población tiene sobre los primeros. La proclamada "eficiencia" castrense en la gestión fue (como mínimo) puesta en duda especialmente en el ámbito del combate al coronavirus. Durante los meses en los que el General (en servicio) Pazzuello estuvo al comando de la cartera de Salud los muertos por Covid-19 pasaron de 15.000 a 280.000. Escenas de colapso se vivieron en la ciudad de Manaos a principios de 2021, donde los pacientes morían por falta de oxígeno, situación frente a la que el Ministerio estaba advertido y reacciono tarde.

Tampoco han salido inmunes frente a las denuncias de corrupción. La comisión del congreso que investiga el manejo de Bolsonaro durante la pandemia puso la lupa en la compra de vacunas anticovid. En julio se realizaron declaraciones explosivas en las que un vendedor de vacunas acusaba un funcionario del Ministerio de Salud de pedirle una coima de 1 dólar para cada vacuna comprada. Varios de los exfuncionarios investigados son militares.

Mientras tanto Bolsonaro hace lo posible por lo que esa identificación entre las Fuerzas Armadas y su gobierno sea irreversible. Habla de que "mi ejercito" saldrá a defender la libertad de los brasileños e invita a militares en servicio a participar de sus actos participar en sus actos partidarios. Son en esos mismos actos, en sus lives que realiza en redes sociales o en sus apariciones a la salida de su residencia frente a sus seguidores en los que amenaza que no habrá elecciones o que si estas se hacen con el sistema electoral actual serán un fraude.

A diferencia de lo que sucedió en los Estados Unidos, la reacción de los militares frente a las amenazas que realiza este Enver Hoxha del trumpismo han sido de un inquietante silencio. Es por eso que frente a un escenario en el que Bolsonaro desconozca el resultado electoral, con amotinamientos en la fuerzas policiales y/o ocupación de los tribunales habría que preguntarse cual sería la reacción de los militares ¿Apoyaran a la Constitución o se mantendrán fieles a su ex camarada? ¿Permitirán que el PT vuelva al poder? 

Como el aprendiz de brujo en Fantasía, cualquier gobierno no bolsonarista (si se cumple lo que dicen las encuestas) que quiera volver a poner a los militares en sus cuarteles se enfrentara con grandes dificultades y resistencias. Tras haber disfrutado de los beneficios de ser parte del poder y por su afinidad ideológica con Bolsonaro el factor militar seguirá sera parte de la política brasileña por mucho tiempo. Claro que para primero haya un gobierno no bolsonarista primero deberá haber elecciones en 2022 y una transición de poder.



miércoles, 10 de marzo de 2021

Me equivoque: Bolsonaro se queda.

 

Bolsonaro trata de ponerse un tapabocas luego que diera Covid positivo.
 

Hace más o menos un año, luego de la renuncia del Ministro de Justicia Sergio Moro, en este post describía un poco la situación del país y lo cerraba con que mientras se cavaban fosas comunes y los médicos decidían a quien le tocaba el respirador y a quien no, su establishment decidía la continuidad o no del Presidente.

Un año después la releo y le cambiaría una sola cosa a esa frase: Bolsonaro se queda. Me equivoque cuando escribí en marzo de 2020, momento álgido en el que ya estaba claro que el Presidente de Brasil iba a hacer todo lo posible para que el Covid-19 se propague en su país, que la dicotomía en ese momento era destitución vía juicio político o golpe. No les muestro el tweet porque una cosa es asumir los errores y otra ya directamente flagelarse.

Porque las fosas comunes continúan abiertas llenándose de cadáveres victimas de la pandemia y los médicos antes de decidir a quien le dan un respirador y a quien no precisan primero encontrar una cama en su unidad de terapia intensiva para sus pacientes. En 18 estados de Brasil la ocupación de las unidades de terapia intensiva llega al 80%, en 10 (entre ellos Santa Catarina y Paraná ambos estados limítrofes con Argentina) la ocupación llega al 90%.

Ahora ¿Cómo es que sigue ahí el capitán retirado ocupando el Palacio del Planalto a pesar de todo lo que paso en este último año? Se me ocurren tres razones:

1) La culpa es del otro.

Parecería que desde el principio Bolsonaro no hizo nada por contener la epidemia en su país sino que todo lo contrario hizo lo posible por propagarla. Veamos: minimizo el impacto del Covid-19 iba a tener en Brasil (es conocida su declaración sobre la gripecita), insistió a través de expresiones publicas o acciones ministeriales (a pesar de no haber sido probada) en recomendar el uso de Cloroquina como un tratamiento preventivo, fomento aglomeraciones, atacó las medidas de aislamiento social, el uso de tapabocas y no se mostró afectado cuando el numero de muertos comenzó a aumentar y a aumentar.

A pesar de todos estos antecedentes una encuesta, realizada en diciembre del año pasado cuando había una media de 600 muertos por día, arrojo que para un 52% de los entrevistados Bolsonaro no tenia responsabilidad alguna por las muertes de la pandemia. ¿Como puede ser? 

En abril del año pasado, cuando estaba claro que el Gobierno Federal no iba a tomar ninguna medida de aislamiento social, la Corte Suprema de Brasil dictamino que además (ya van a ver porque esta en negrita) del Gobierno Federal, estados y municipios podían imponer medidas de aislamiento social en sus territorios. Esa medida, adoptada con el objetivo de autorizar a las unidades subnacionales tomar medidas contra la pandemia, le permitió a Bolsonaro transferir los costos económico-sociales de la cuarentena a los gobernadores e intendentes. El Capitán retirado se "olvido" del además de la decisión judicial y cuando la economía entro en recesión se limito a decir que estaba atado de manos y que los malos eran aquellos que no le dejaban abrir su economía. 

Ese mensaje, sumado al todos vamos a morir en el sentido de que no queda más que aceptar lo que esta sucediendo como una especie de acto divino del que no se hace responsable, le permitió transferir en otros los costos del manejo de la pandemia.

2) Plata, plata y más plata

Además del acérrimo anticomunismo la generación de militares de la que proviene Bolsonaro se caracteriza por su nacionalismo económico. Llego a decir que el entonces Presidente Fernando Henrique Cardoso debía ser fusilado porque iba a privatizar una empresa estatal. Sin embargo, cuando comenzó su campaña presidencial abandono esos postulados y se abrazo al liberalismo más ortodoxo de la mano de su "superministro" de economía y "chicago boy" Paulo Guedes. Privatizaciones, reformas estructurales y desregulación estaban en el tope de la agenda hasta marzo del año pasado que comenzó a golpear la pandemia.

Ahí es cuando se puso en marcha uno de los programas de transferencia de ingresos más importantes, el "auxilio emergencial" una ayuda de 600 reales (unos 127 dólares hace un año) para todos aquellos que no tuvieran un ingreso fijo por causa de la pandemia. Pensada inicialmente con una duración de  tres meses, luego al ver su impacto decidieron extenderla por tres meses más a la mitad de su valor. Para finales del año pasado, según el propio gobierno, se habían entregado el equivalente a 44.000 millones (si miles de millones) de dólares a casi 70 millones de brasileños. Algo así como el 4% del PBI brasileño se invirtió en esta ayuda.

La ayuda tuvo su impacto en los millones de brasileños y brasileñas sin un ingreso fijo, pero también en la evaluación del gobierno Bolsonaro. Para diciembre, cuando el Presidente anunciaba la "finalización" de la pandemia, un 37% de los brasileños evaluaba la gestión del Presidente como "muy buena o buena"

3) La "vieja-nueva" política.

A pesar de haber sido diputado por 28 años y de haber pasado por 8 partidos en la campaña presidencial Bolsonaro se presentó como el candidato antiestablishment, por encima de los partidos tradicionales y el toma y daca de la política, "mi partido es Brasil" decía en su campaña el capitán retirado en sus actos y piezas de campaña.

En abril del 2020 cuando su ministro estrella hoy caído en desgracia Sergio Moro se iba de su gobierno, cuando todos los domingos participaba de manifestaciones (con aglomeraciones) a favor de cerrar la Corte Suprema o el Congreso, parecía que Bolsonaro iba a refugiarse en su castillo y a resistir con su grupo de más fieles hasta el final. Sin embargo bajo el puente de su fortaleza y permitió que sus ex compañeros del centrão entraran a defenderlo, por un precio claro.

En resumen el centrão sería un grupo de partidos de "centro y centro-derecha" que están ahí dispuestos a defender el gobierno de turno a cambio de cargos, obras para sus distritos o apoyo para la sanción de determinados proyectos de ley. Usando la metáfora del castillo es el grupo de soldados a sueldo dispuestos a defender a un señor feudal a cambio de un pago.

Ese grupo ha estado presente en todos los gobiernos brasileños, dieron su apoyo al gobierno de Lula y al gobierno de Dilma. Luego fueron fundamentales para que Dilma fuera destituida y son la viga principal (junto con los militares) para sostener el gobierno de Bolsonaro. Son tan importantes que para la elección del presidente de la Cámara de Diputados y del Senado el Gobierno Federal prometió ministerios y enmiendas parlamentarias (participación en el presupuesto) por miles de millones de reales. La estrategia fue exitosa ya que el candidato del gobierno se impuso por un amplio margen. Por lo que los 68 pedidos de juicio político a Bolsonaro (el Presidente de la Cámara es el que les da entrada) van a seguir durmiendo en un cajón.

¿El edificio bolsonarista continuará en píe?

Echarle la culpa el otro, millones de reales en ayuda, pactar con la "vieja política". Esto sumado a una oposición desunida y una sociedad civil desmovilizada permitieron la supervivencia de Bolsonaro durante el 2020.  A pesar de su rigidez ideológica el ex capitán ha demostrado ser lo suficientemente pragmático como para hacer cambios y pactos que le garanticen su supervivencia

Con casi 2000 muertos por día la estrategia bolsonarista de supervivencia se pone a prueba una vez más. Garantizado, por el momento, el apoyo legislativo todo parece indicar que el edificio bolsonarista resistirá una vez más. Ese sostén se mantendrá siempre y cuando la situación económica no empeore y no hayan manifestaciones contra el gobierno en las calles. Combinación letal que si se dio para las destituciones de Fernando Collor y Dilma Rousseff respectivamente. Bolsonaro se queda.

Al menos hasta las elecciones del 2022, la cuales viene cuestionando en forma sistemática. Luego de la invasión, por parte de manifestantes pro Trump, al Capitolio el 6 de enero Bolsonaro declaró que para las elecciones presidenciales en su país podia ocurrir lo mismo si se seguía usando el voto electronico, que se viene usando en eleciones presidenciales desde 2002. No podemos descartar un escenario en el que Bolsonaro rechace el resultado de las urnas y miles de sus simpatizantes armados (gracias a la flexibilización en el porte de armas y municiones que se viene dando en su gobierno) salgan a la calle a sembrar el caos. Teniendo en cuenta que 8 de los 22 ministros son militares y otros miles de uniformados se encuentran en el gobierno federal ¿Cúal sería el rol de las Fuerzas Armadas en ese caso?

lunes, 7 de diciembre de 2020

8 años de aborto legal en Uruguay

 

Naranja: así es el color de la campaña a favor del aborto legal en Uruguay.

Octubre de 2012 en Montevideo. El invierno ya se ha retirado y junto con los primeros calores en la explanada que rodea al Parlamento uruguayo se ven unas manos de color naranja y a algunas personas. Están allí porque se trata en el Senado el proyecto de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) y con ese color es como se identifican a quienes están a favor de la legalización. Contrario a lo que podría pensarse la jornada transcurre con calma. Finalmente, el proyecto es aprobado en el senado y un mes después entra en vigencia. Desde el 29 de noviembre de 2012 que el aborto es legal en la República Oriental del Uruguay.

Vayamos un poco atrás en el tiempo. En 1907 se aprueba en Uruguay el divorcio (por la sola voluntad de la mujer), la separación de la iglesia del en 1917, la primera elección con voto femenino en Latinoamérica en 1927 y si la ¡despenalización del aborto! en 1934. Aunque tuvo una vigencia muy breve y nuevamente será ilegalizado. A pesar de ser uno de los países más laicos de toda América
tuvieron que pasar casi 80 años y varios intentos para que la interrupción voluntaria del embarazo volviera a ser legal en el paisito.
 
La aprobación de la IVE charrúa realmente fue "la tercera es la vencida" porque antes de ser ley el proyecto había sido rechazado dos veces. La primera en 2004 cuando no alcanzo la cantidad de votos necesarios en el senado (déjà vu) y la segunda en 2008 cuando a pesar de haber sido aprobada por el Parlamento, el Presidente Socialista Tabaré Vázquez veto la ley que legalizaba el aborto en Uruguay. 
 
Hacía falta que la mayoría parlamentaria que tenía el Frente Amplio fuera acompañada por el apoyo del ejecutivo. Esa combinación se logró cuando José Mujica alcanzó la presidencia en 2010 quien (como había prometido en campaña) no veto la ley del IVE cuando llego a su escritorio para su firma.

¿Cuales son los números de la legalización del aborto en Uruguay?
 
En el marco del 18° Congreso Uruguayo de Ginecología y Obstetricia se realizó la mesa redonda
“Cinco años de interrupción voluntaria del embarazo en Uruguay” en los que se presentaron datos de la aplicación de la IVE en el país. En el cual, si bien hay un crecimiento, se empieza a notar un amesetamiento en la cantidad de interrupciones de embarazos realizados. 


Estadisticas de la aplicación de la IVE en Uruguay (Fuente: La Diaria)


Si bien la matemática no es mi fuerte, el aumento de IVEs por año se viene desacelerando (19% de 2013 - 2014, 10% 2014 - 2015, 4% 2015 - 2016 y 1% entre 2016- 2017) . Al punto de llegar a un promedio de 8900 interrupciones por año durante el quinquenio 2013 - 2017. Lo que coloca a Uruguay en el lote de países con la menor cifra de abortos en el mundo.

El otro aspecto a resaltar es que Uruguay prácticamente erradico las muertes por interrupciones del embarazo clandestinas. Mientras que entre 2001 y 2012 hubo que lamentar 31 muertes por interrupciones clandestinas, desde la aprobación de la ley esa tasa casi es igual a 0. Convirtiendo a este dato en un motivo de orgullo para las autoridades y usado para difundir su marca país en el exterior.
 
Muertes maternas 2001 - 2016. Drástica disminución desde la aprobación de la IVE en 2012 (Fuente MSP)
 
La estrategia de los sectores opositores al aborto consistió, como en otros países, en el de convocar una consulta popular para derogar la ley. Un mecanismo bastante usado, con diversos resultados, a lo largo de la historia charrúa. Necesitaban que un 25% del padrón participara de la consulta para de esa forma si habilitar un referéndum obligatorio para derogar la ley. Solo participó el 8% de la población por lo que la ley quedo firme.

La victoria de Luis Lacalle Pou en las elecciones del 2019 planteo un interrogante ¿La nueva coalición de derecha plantearía derogar la ley de interrupción del embarazo que se aprobó durante el gobierno de Mujica? Si bien desde las fuerzas más a la derecha plantearon la revisión de la ley (en la coalición también hay sectores pro aborto), el Presidente fijo su posición cuando le preguntaron sobre el tema. Dijo que como legislador había votado en contra del proyecto, pero que respetaba una ley que había sido votada por el Parlamento y que cuando se planteó a la población derogarla, se mantuvo firme. Por lo que no tiene pensado revisar el contenido de la ley. Convirtiendo a la IVE en una política de estado uruguaya. 
 
A pesar de esto señalo que su gobierno tiene una agenda "provida"  y que busca tener una política de desestimulo de los abortos por lo que diversos sectores favorables a la ley (partidos poltcos, movimientos feministas, la central obrera, etc´.) criticaron esta postura y se mantienen atentos a que puedan instrumentarse desde el Ejecutivo dificultades para acceder a la IVE. 
 
En un año de pandemia y de crisis económica, con esas excepciones el cuestionamiento a la legalización del aborto parece estar fuera de la agenda de la opinión pública uruguaya, una política publica que, según una encuesta de opinión en el momento en que era tratado el proyecto, goza del apoyo mayoritario de la población.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Babylon Berlin: Carnaval sin final feliz

 

 


Para empezar voy a hacerles una pregunta: Si yo les digo novela negra ¿Cuáles son los primeros tres autores que se le vienen a la mente? Para mí son Raymond Chandler, Dashiell Hammett y James Ellroy. Se que es algo injusto este comentario (espero que Juan Sasturain no lea esto) con un género tan bueno, que tiene excelentes autores de diferentes países por fuera de los de Estados Unidos, pero es casi seguro que cuando pensamos en novela negra nos imaginamos un detective atormentado que recorre las calles de Los Ángeles o San Francisco durante los años 40 o 50. Sin lugar a dudas su génesis esta ahí.

A nadie se le viene por la cabeza que una serie basada en una novela policial pueda tener como escenario Berlín. Bueno tal vez una serie basada en una novela de John le Carré. Pero una cosa es una novela de espías y otra cosa es una serie realizada a partir de una novela policial.

Bueno, bienvenidos a Babylon Berlín.

Un lugar donde tenemos a un detective veterano de la Primera Guerra Mundial con estrés postraumático, una acompañante con aspiraciones de policía y está encargada de mantener a una familia de clase obrera, exiliados trotskistas, agentes stalinistas, monárquicos que conspiran con millonarios para derrumbar al gobierno, periodistas que buscan destapar las conspiraciones, comunistas que buscan la revolución y por supuesto nazis. Todo eso acompañado por la música de los cabarets y el descontrol de fines de la década del 20 del siglo pasado que agitaba la capital alemana.

Es una serie basada realizada a partir de las novelas policiales del autor Volker Kutscher que narran la vida del inspector Gereon Rath (el veterano de la primera guerra mundial) por la Berlin de la Alemania de Weimar. Volker Bruch (protagonista de una miniserie llamada en español "Hijos del Tercer Reich" que también recomiendo) es el actor que personifica al policía y logra expresar muy bien los demonios que atormentan a este personaje y las tensiones que atraviesa. Entre la lealtad a la corporación versus lo que es moralmente correcto, entre quien(es) ama y honrar a su familia, entre el pasado tormentoso, un presente caótico y un futuro incierto. Todo mientras resuelve chantajes, asesinatos y conspiraciones en un país que esta por caerse en un abismo.

Es esto último lo que hace diferente a Babylon Berlin de otras series policiales de época, además de las actuaciones, la puesta en escena (una de las series con el presupuesto más alto de la TV alemana) y la muy buena banda de sonido. Todo se desarrolla sobre la sombra del ascenso del nazismo y esto es algo literal porque la mención al partido de Hitler o las entonces SA recién aparecen bien avanzada la serie.

Muestra como políticos y empresarios, justificándose en la "puñalada por la espalda" que fue la derrota en la Gran Guerra y en el peligro de una revolución permanente, conspiraron para derrumbar a la tambaleante democracia germana. Para lograrlo se aliaron con el nazismo con la esperanza de poder controlarlo una vez tomado el poder. Spoiler: no es necesario porque ya sabemos cómo termina esa historia.

Las tres temporadas (en realidad la 1 y 2 se ven como una sola mientras la 3 es un poco más larga) están muy bien logradas y narran ese espiral descendiente en el que se ven envueltos tanto el oficial de policía como su país. Tal vez en algunos momentos se fuerza el guion al intentar explicar acontecimientos de la segunda década del siglo 20 con la lógica actual. Pero no deja de ser una serie atrapante de punta a punta. Desde ya advierto (aunque suene redundante) que no es una serie pasatista destinada a quienes desean escaparse de este 2020 tan sombrío.


Trailer en alemán: las imágenes hablan por si solas.

Lamentablemente disfrutar de esta serie se hace un poco complicado porque Netflix tiene los derechos para reproducirla sólo en los Estados Unidos y Canadá. Esperemos que no pase como con Borgen donde demoraron 10 años para adquirir los derechos para difundirlo en su plataforma de streaming. Sino para poder verla habrá que buscarlo por alguna otra parte, guiño, guiño.

miércoles, 21 de octubre de 2020

Series de cuarentena: Gomorrah

 


 Atención: Considero el post libre de spoilers, aunque hay referencias a cosas que pasan en la serie son cuestiones generales que pueden verse en el trailer de la serie.

Primero vino el libro, luego llego la película y finalmente la serie. ¿Parece un exceso de productos no? Tampoco es que podemos reprocharle ánimo de lucro a Roberto Saviano. Después de todo el creador de la "franquicia" vive con custodia permanente, no duerme varias noches seguidas en el mismo lugar y no puede hacer cosas que (antes de la pandemia) nos parecían naturales como salir a caminar o encontrarse con alguien sin mucha antelación. Esta amenazado de muerte desde que en su libro narró las luchas de poder entre distintos clanes de la Camorra napolitana. 

Podría resumir y decir que Gomorrah (así con h a diferencia del libro y la película) es una serie de televisión retoma el núcleo central del libro de Saviano y se dedica a contar las guerras que llevan a cabo diferentes facciones por el control del trafico de drogas en un suburbio de Nápoles. Podría decir que es la versión italiana de The Wire, con eso dar generar una asociación en nuestro imaginario de series y dar por cerrado el asunto. Claro que Gomorrah tiene muchos puntos de contacto con la magnum opus de David Simon, pero reducirla a la versión de... seria faltar a la verdad, Gomorrah es bastante diferente a eso.

Es diferente porque (al menos hasta la temporada 2 que fueron las que llegue a ver) no hay temporadas dedicadas ni a los sindicatos, ni al sistema escolar, ni a la policía. Tampoco es que hace falta mencionarlas para darse cuenta que en Secondigliano (el suburbio de Nápoles donde se desarrolla la serie) todas esas cosas están rotas.  
Hay dos cosas que están siempre presentes en cada uno de los capítulos de la serie: en primer lugar la muerte y en segundo lugar la Vele di Scampia.

Aclarar, en una serie que trata sobre el narcotráfico, que la muerte esta siempre presente capaz suena a una verdad de Perogrullo. Si claro, la muerte esta presente en forma directa cuando fallece (muchas veces brutalmente) un boss o alguno de sus familiares, un soldado o un civil que cometió el error de estar en lugar y momento equivocados. Pero también esta en forma indirecta porque sabés que tarde o temprano el destino inexorable de los y las protagonistas es que una bala en la cabeza que ponga fin a sus ansias de poder. 

Vele di Scampia

Lo otro que está siempre presente en la serie es la Vele di Scampia. Es la locación en la que se desarrolla la serie (toda la franquicia acontece ahí para ser sinceros) aunque es mucho más que un escenario. Originalmente pensado como un complejo de viviendas que nos trae el recuerdo de tantos otros lugares del mundo. El sueño de la vivienda propia, a un precio accesible, aunque luego se terminaría convirtiendo en pesadilla. Fue en ese ámbito asfixiante de pasillos laberínticos, rejas agregadas por los propietarios para resguardarse, imágenes del Padre Pio o de suciedad permanente donde los traficantes construyeron su imperio en la ficción y en la realidad.

Que nadie se engañe, algunas escenas pueden parecernos exageradas, pero la verdad es que todo lo narrado en la serie está basado en hechos reales. La guerra de facciones, la tarea que hacen ejecutivos de traje y corbata (del norte de Italia) de lavar el dinero del narcotráfico, el fraude para que candidatos propios ganen las elecciones son cosas que pasaron, están documentadas y figuran en el libro de Saviano. Además, la serie pone de manifiesto otras cuestiones, que pueden parecer obvias para una serie sobre la mafia, como el racismo o el patriarcado.

Finalmente hay dos omisiones que me parece que vale la pena mencionar y que hace que esta serie valga tanto la pena ver. En primer lugar, las fuerzas de la ley aparecen, pero son algo lejano que llegan siempre tarde cuando los crímenes están consumados o cuando los traficantes se retiraron de sus plazas avisados por sus observadores. La policía es la comisaria de la Vele aparece como el último lugar al que un personaje de la serie recurre.

Lo segundo es que en Gomorrah no hay héroes, no hay personajes menos crueles que otros con el que uno pueda llegar a empatizar. Todos cometen o son víctimas actos aberrantes, no existen los supuestos "códigos de conducta" mafiosos. Cuando le preguntaron a Saviano porque no había "buenos personajes" dijo porque lo que él quería hacer era mostrar lo que estaba pasando para poder accionar sobre ello, que quería saber cómo las organizaciones criminales funcionan y no como nos imaginamos que funcionan. "Cuando una historia es contada, puede superar el pacto de silencio y ayudarnos a entender las dinámicas de la organización y sus miembros. Todo lo que falta es un libro, un programa de televisión o una película para arrojar luz en un aspecto. Solo eso se necesita para comenzar una revolución".

Así que espero que Saviano contribuya a hacer tantos productos audiovisuales de la Camorra como películas de rápido y furioso hay. No va a compensar lo que perdió a nivel personal por exponerlos, aunque habrá arrojado un poco más de luz en este mundo tan oscuro.

Más información: Ficha de Gomorrah en IMDB.

martes, 8 de septiembre de 2020

Lectura de cuarentena III: El Barón (no del conurbano) de Chicago

 

 

Una ciudad donde la corrupción policial es sistémica, en la que el criterio para obtener un empleo público no es la idoneidad sino la lealtad partidaria y la capacidad de obtener votos para el oficialismo, donde hay aprietes a los periodistas que publican notas contrarias al Intendente y donde este es electo (y reelecto) para dirigir la intendencia no una sino ¡5 veces! con porcentajes propios de una de las "democracias populares" de Europa del Este y donde la oposición derrotada declama "fraude", claro.

No, no hablamos de un municipio de algún conurbano de un país subdesarrollado sino de la ciudad de Chicago, la tercera ciudad más importante de los Estados Unidos en términos de población y lugar donde se juega buena parte de la prosperidad económica de sudamericana ya que es el lugar en el que se definen los precios de varias commodities entre ellas nuestra querida y conocida soja.

Pero esta entrada no esta dedicada a esa oleaginosa milagrosa sino sobre quien fuera alcalde y boss de la ciudad de los vientos durante 21 años consecutivos, Richard J. Daley y de la biografía que escribiera el periodista local Mike Royko. Una biografía de la que tome conocimiento cuando vi un capítulo de la serie de televisión Boss. La cual narraba la vida de un intendente cruel, manipulador y despótico que se enteraba que tenia una enfermedad terminal. Tuvo la desgracia de ser transmitida al mismo tiempo que House of Cards. Si les interesa escribí un post sobre esa serie hace como un siglo.

Es conocida la frase que dice que "la realidad supera la ficción" y en este caso no es la excepción. Boss (el libro) nos cuenta el ascenso de quien fuera un hijo de inmigrantes irlandeses establecidos en un barrio de la zona sur (la misma zona donde comenzó a militar Obama) de Chicago de clase obrera de mataderos y corrales, que asistiera a un colegio católico y a su club de barrio para luego convertirse en paradigma de lo que se conoce como "machine politics" (algo así como la maquinaria política o lo que se conoce como "el aparato") y fundador de una dinastía política que diera otro intendente, un jefe de gabinete presidencial y un legislador de la ciudad.

En paralelo a la carrera de Daley Royko nos cuenta como, en base a la unificación política de las distintas nacionalidades de los recién llegados a la ciudad por parte de un migrante checo, se creó tal vez una de las maquinarias políticas a nivel municipal más eficaces de occidente que es la del Partido Demócrata del condado de Cook, donde se encuentra Chicago. 

Tan exitosa es esa maquinaria que todos los intendentes de la ciudad desde 1931, año en que todos los migrantes se presentaron juntos detrás de una candidatura por primera vez, pertenecen al Partido Demócrata. Daley no invento el aparato, lo perfecciono y la centralizo en torno a su figura.

Royko explica en el libro como funcionaba la organización durante los años 50 y 60 con varios ejemplos: Un grupo de empresas de la construcción beneficiadas en las licitaciones que realiza la ciudad, que a su vez eran las mayores aportantes a los fondos partidarios. Con ese dinero los demócratas contaban con ventaja al momento de hacer campaña y se lanzaban a la calle. La lealtad partidaria se pagaba con un empleo público en el edificio de la alcaldía de la ciudad.

Por las dudas, para que nada quedara librado al azar, se recurría al fraude para que los republicanos no tuvieran ninguna chance en las elecciones municipales. Esta "herramienta" era considerada una especie de compensación ya que, según un testimonio en el libro, "los republicanos nos roban en las elecciones del Estado de Illinois así que equilibramos".